La sostenibilidad se ha convertido en uno de los temas más prominentes de nuestra época, trascendiendo incluso al sector agroalimentario. En un mundo que experimenta cambios constantes, es imperativo que las empresas se unan para abordar los desafíos ambientales y sociales que enfrentamos. Pero, ¿no es tiempo de reconsiderar eventos masivos como Fruit Attraction?

Fruit Attraction es una de las ferias más grandes del mundo, consagrada a la industria de frutas y verduras. Atrayendo a cientos de miles de visitantes y miles de expositores de todo el mundo, el evento conlleva un consumo significativo de recursos y emisiones de carbono, asociadas principalmente con los viajes y la logística. Además, la cantidad de envases desechables y residuos generados durante el evento es impresionante, por no hablar de los materiales de construcción y otros elementos decorativos.

Durante tres días, todo el sector se esfuerza intensamente por destacar frente a sus competidores, desplegando su poderío económico y ejerciendo una fuerte presión sobre los presupuestos de marketing, con el objetivo de presentar el mejor stand y ofrecer la mejor comida a sus clientes.

Pero…, ¿no podemos hacer nada para reducir la huella de carbono y los residuos generados?

El sector agroalimentario, quizás, debería ser el precursor de prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, dando ejemplo al igual que hacen en sus campos de producción.

Los participantes y organizadores de Fruit Attraction poseen el potencial de transformar la feria en un evento referente en sostenibilidad. Implementar estrategias REALMENTE SOSTENIBLES durante su desarrollo no solo ayudaría a reducir su impacto ambiental directo, sino que también establecería un precedente y una normativa para futuros eventos.

En primer lugar, el enfoque debe ser transversal, implicando a todos los actores involucrados: organizadores, expositores y asistentes. Desde los organizadores, se podrían establecer pautas estrictas de sostenibilidad para los expositores en cuanto a materiales de construcción de stands, stands reutilizables o modulares igual para todos, incentivar la creatividad en el diseño de stands que utilicen menos materiales sin comprometer la estética y funcionalidad, disminución de los caterings donde la comida es el mayor atractivo del stand en muchas ocasiones, reducir la cantidad de papel impreso así como las numerosas revistas y folletos que acaban en el contenedor, y reducción del desperdicio alimentario, gestión de residuos previa y posterior al evento, tal vez a través de una auditoría ambiental post-evento para evaluar el impacto real y áreas de mejora, o bien, establecer un comité de sostenibilidad que supervise y trabaje para mejorar las prácticas verdes en futuras ediciones.

Decálogo por la sostenibilidad en Fruit Attraction

1. Establecer pautas estrictas de sostenibilidad para los expositores.
2. Utilizar materiales sostenibles o biodegradables en la construcción de stands.
3. Implementar stands reutilizables o modulares para todos por igual.
4. Incentivar la creatividad en el diseño de stands que utilicen menos materiales.
5. Disminuir la presencia de caterings y reducir el desperdicio alimentario.
6. Reducir la cantidad de papel impreso y evitar la distribución masiva de revistas y folletos.
7. Implementar una gestión de residuos efectiva, previa y posterior al evento.
8. Realizar una auditoría ambiental post-evento para evaluar impacto y áreas de mejora.
9. Establecer un comité de sostenibilidad para supervisar y trabajar en mejorar las prácticas verdes en futuras ediciones.
10. Ser el precursores de prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, como sector.

Evidentes síntomas de agotamiento

Los pilares que sostienen a eventos de la envergadura de Fruit Attraction, indudablemente, parece caminar hacia un paradigma que evidencia síntomas de agotamiento. La estruendosa dinámica de la feria, en la que confluyen empresas que invierten una gran cantidad de recursos económicos en solo tres días para destacarse en un mar de competidores (océano rojo), resuena entre pasillos como un modelo que se acerca a su límite, demandando la urgente reinvención de su esencia cuando comenzó hace 15 años. Esta no es una cuestión exclusivamente sobre aspectos logísticos o ambientales, sino que se entrelaza profundamente con la percepción y valores de las entidades participantes y visitantes.

La entrada de capital privado en la feria ha influido, en cierta medida, la naturaleza original del evento. La transformación de un escaparate de innovación y encuentro profesional hacia una plataforma principalmente dirigida por objetivos financieros se percibe en el ambiente, materializándose a través de una atmósfera que destila negocio en cada esquina. No obstante, se plantea la inquietud: ¿Es posible rescatar la esencia y reconectar con los objetivos primordiales del evento, aquellos que apuntan a la conexión, el descubrimiento, la innovación y la sostenibilidad?

Son algunas ideas que me vienen a la cabeza durante mi última visita a la feria, y ya son muchos años no perdiéndome ninguna edición, pues considero que es un evento realmente importante para la promoción y representación de cualquier empresa ante el sector, pero como siempre ocurre, todo es mejorable.

Tal vez haya que replantearse el modelo de ferias como Fruit Attraction, pues posiblemente sea inevitable y esencial preservar su relevancia y autenticidad en un mundo que avanza decididamente hacia prácticas más sostenibles y conscientes. El desafío radica en entrelazar la necesidad de reinventar el evento con una visión que no solo sea económicamente viable sino también social y ambientalmente responsable, asegurando que el futuro del encuentro no solo persista, sino que esté más alineada con los tiempos que corren y los que están por venir.

La interrogante que permanece es:

¿será la comunidad agro capaz de tomar las riendas de este cambio y forjar un nuevo camino en aras de la sostenibilidad consciente?

José Antonio Sánchez
Consultor de Marketing e Innovación en el sector agroalimentario